El día de mañana

¿Cuál es el mejor tiempo para las cosas? ¿Hay que estar mirando hacia atrás siempre? Si nos dieran a elegir: pasado, presente o futuro...

Autor: Sara Cendón

¿Por qué se sentía así? Siempre que llegaba aquella fecha, le daba por ponerse a pensar, por discutir consigo mismo sobre lo que pudo haber sido y no fue.

Ahora estaba solo. Vivía en una enorme, fantástica y acogedora cabaña de madera, lejos del mundanal ruido de la ciudad y donde solamente escuchaba el canto de los pájaros nada más levantarse y el suave rumor de las aguas del lago, que le permitían dormir en paz.

Había algunas veces que el rumor del aire, al mover las ramas de los frondosos árboles que rodeaban la cabaña, le hacían parecer que ella le estaba llamando, que le estaba susurrando levemente con aquella voz angelical que tenía… que tenía… que tenía… ¡¡¡no!!!

¿Por qué siempre hablaba de ella en pasado? Porque se hubiera retirado a aquellas montañas, ¿significaba que estaba muerta? Quizás para él, ella no estaba muerta pero para ella… seguramente lo creería... puesto que siempre huía cuando algo no marchaba bien entre ellos; nunca pensaba en el presente, siempre en que el tiempo lo curaría todo. Siempre pensaba en el futuro, nunca en el hoy.

Aún recordaba las últimas palabras que le dijo cuando decidió marcharse a aquel lugar:

- “Amada mía- la dijo con tono melancólico-. Sabes que es lo mejor para los dos. Últimamente, sólo hemos tenido peleas y malentendidos. No quiero que en el futuro nos siga pasando lo mismo. Es la mejor solución- dijo rotundamente.

- ¿Ves?- dijo ella medio llorando-. Si vives esperando el mañana, te pierdes el día de hoy. Me estás perdiendo y te estoy perdiendo. No me dejes, te lo suplico- replicó ella”.

Aquellas palabras se le clavaron en lo más profundo de su ser. No hacían nada más que volver a su cabeza, una y otra vez; pero quizás ella tenía razón cuando le dijo: “Si vives esperando el mañana, te pierdes el día de hoy”.