domingo, 19 de septiembre de 2010

Un día en la feria


¿Os imagináis retroceder hasta una época tan remota, tan remota como en la que convivieron los indios y vaqueros?


Autor: Sara Cendón


Aquel día había amanecido nublado. A nadie le apetecía moverse y dirigirse hacia otro sitio pero era la época de feria y todos tenían una función.

“Gran Perro Blanco” era el patriarca de la familia; era quien dirigía a todas las demás, diciéndolas cuándo y dónde debían de actuar.

La gente decía de ellas que eran como algodón de azúcar, de esos que se compran en las ferias que recorren los pueblos del mundo; decían que estaban hechas de un algodón diferente pero que, cuando elevaban sus ojos hacia arriba, a todos les parecía que eran iguales y darían cualquier cosa para poder elevarse del suelo y poder tocarlas y eso, al “Gran Perro Blanco” le llenaba de satisfacción. Adoraba ver y oír a toda aquella gente, fueran del lugar que fueran, decir que les encantaría poder alcanzarlas y saber si eran iguales que los algodones de feria.

Pensando en todo aquello se encontraba, cuando se acercaron “Montaña Picuda” y “Pequeña Flauta” preguntándole por la ruta a seguir.


- “Gran Perro Blanco”- preguntó “Montaña Picuda”-. ¿A dónde nos dirigimos hoy? La feria de las calabaza acabó la semana pasada y parece que vamos en esa dirección.
- No seas grosera- dijo “Pequeña Flauta”-. Sabes que todos los caminos conducen a Roma y si “Gran Perro Blanco” nos lleva en la misma ruta que para la feria de la calabaza, no tiene que indicar que nos dirijamos allí, necesariamente. Sabes que hay muchas aldeas que celebran ferias por los alrededores de las grandes ciudades. ¿Qué te apuestas a que vamos a la feria de las antigüedades?- preguntó.
- Jajaja- rió sarcásticamente “Montaña Picuda”-. ¡Siempre te lo pasas genial cuando vamos a la feria de antigüedades! ¿Crees que “Gran Perro Blanco” nos lleva allí? Me da pena ver cómo se pone la gente, siempre corriendo de un lado para otro en cuanto les damos la bienvenida…- balbuceó.
- Da lo mismo hacia donde nos dirijamos, nunca seremos bienvenidos en ningún lugar- dijo “Gran Perro Blanco” un poco molesto-. Pero no nos tiene que preocupar; somos algodones de azúcar que lo único que intentan es derramarlo en aquellos lugares donde más lo necesitan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario